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La iniciativa internacional ‘She Decides’ cumple un año

Hace un año se lanzaba la iniciativa mundial She Decides (Ella Decide), para restituir a niñas y mujeres el derecho a recibir servicios de salud sexual y reproductiva que la Administración de Donald Trump les quiere negar.

La iniciativa mundial She Decides (Ella decide)  por los derechos sexuales y reproductivos y la salud de las niñas y mujeres ha recogido  450 millones de euros desde su lanzamiento hace un año según el Ministro de Cooperación para el Desarrollo de Bélgica, Alexander De Croo, quien ha advertido que «la lucha no ha terminado». Según la red europea de organizaciones Countdown 2030, se han recaudado 223 millones de euros sólo de seis países europeos: Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Holanda, Noruega y Suecia.

Por poner sólo un ejemplo, el gobierno de Holanda ha aumentado su presupuesto para asignar 29 millones de euros para la iniciativa She Decides en 2017 y 2018. Buena parte de ese dinero va dirigido para mantener los servicios de planificación familiar en comunidades de Etiopía, Yemen, Mali, Bangladesh y Mozambique.

Si Ella Decide comenzaba hace un año con una única conferencia en Bruselas en la que participaron más de 50 gobiernos y cientos de personas de todo el mundo, el 2 de marzo de 2018 ha sido testigo de eventos en lugares tan lejanos entre sí como Australia, Bélgica, India, Líbano, Malasia, México, Holanda, Pakistán, Filipinas, Sudáfrica, Uganda, Reino Unido o los Estados Unidos.

Esta iniciativa nació el 2 de marzo de 2017, con el liderazgo de varios gobiernos europeos y organizaciones internacionales, con el objetivo contrarrestar la decisión del gobierno de Donald Trump de retirar la financiación estadounidense a todas las ONG del mundo que realicen o promuevan el aborto, lo que incluye ofrecer asesoramiento legal y consejo asistido relacionado con la interrupción voluntaria del embarazo. El personal, sanitario o no, no puede siquiera mencionar el aborto en servicios financiados con los  propios fondos de las organizaciones, ni cuando la mujer pregunta,  aunque el aborto sea legal en el país.  De acuerdo con esta medida, las organizaciones deben firmar un acuerdo por el que se comprometen a cumplir las condiciones señaladas.

La iniciativa SheDecides no es un nuevo mecanismo de financiación, sino que cada donante usa los canales ya existentes y decide a qué se asigna el fondo. Así, algunos de los dineros han ido ya al Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), organismo gravemente afectado por la medida de la Administración Trump. Una parte importante se asigna, de acuerdo con la decisión de cada donante, a ONG internacionales que no han aceptado las condiciones impuestas y que por tanto no han firmado el compromiso de respetarlas. Otros fondos irán a organismos multilaterales como ONU Mujeres, ONUSIDA, La OMS y la UNESCO, o a determinados países de acuerdo con los convenios que cada país donante tenga establecidos. Reconocer la salud sexual y reproductiva como una prioridad en los presupuestos y programas de la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) es otra de las vías usadas por varios gobiernos europeos.

Según the Kaiser Family Foundation, que se dedica a facilitar información sobre asuntos relacionados con la salud, al menos 1.275 ONG y 2.200 millones de dólares se han visto comprometidos por la llamada ley de la mordaza global.  Además, al menos 469 ONG estadounidenses han tenido que asegurar que las organizaciones con las que trabajan en otros países cumplen la medida.

El impacto de esta medida de la Administración Trump es difícil de cuantificar, ya que no afecta sólo a los programas directamente implicados. La directora interina de la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF por sus siglas en inglés), Rosemary Gillespie, recuerda que “cada servicio funciona brindando atención médica, ganando confianza con las comunidades locales, abogando por mejoras de salud y educando y capacitando a las personas para que tomen el control de sus vidas «, y eso también se ve afectado por la ley de la mordaza global. «El costo humano -las personas no pueden tomar decisiones sobre sus vidas- va más allá de las cifras». Marie Stopes International, otra de las grandes organizaciones proveedoras de salud sexual y reproductiva, afirma que las comunidades en situación de pobreza y marginalidad de países como Madagascar, Zimbabwe y Uganda ya están sintiendo los efectos de la medida política, con cierre de servicios de salud.

Las organizaciones sociales llaman a que los gobiernos se sigan comprometiendo financieramente, pero  advierten que también es fundamental que  reafirmen su compromiso con la defensa de la salud y los derechos sexuales y reproductivos en todos los procesos y escenarios en Europa y en el mundo.